2 abr 2016

Reto 5. Escribe una historia con tu canción favorita como argumento

  El reto número cinco me ha supuesto todo un desafío ya que no tengo una única canción como favorita. Así que la elección ha resultado complicada.
 Esta es una versión completamente libre y más caótica, aún si cabe, de la canción. ¿Adivináis cuál es?

                                   
                                                 ***
                                                       
Las rejas de la ventana proyectan su sombra sobre el cuerpo de Hugo y lo encarcelan. Se remueve entre las sábanas sobre el viejo camastro, su mala conciencia no lo deja dormir. El traqueteo sonámbulo continúa y lo tira de la cama. El chico abre los ojos y levanta la vista hacia el techo. Rojo. El color de las paredes rojo sangre, como la de su amigo.
Se gira bruscamente asustado y saca la pistola de debajo de la almohada. Se la pone en la cabeza y... No se atreve a repetir lo que acaba de hacer. Qué acto más impulsivo. Qué acto más erróneo Hugo. Vuelve a dejar la pistola en la cama y se levanta bruscamente del suelo. Los efectos del alcohol, en cantidades industriales, siguen en su cuerpo. Se quedaron después del concierto hasta que el bar cerró y, después, siguieron bebiendo en el callejón de atrás. Bebieron tanto, que no sabe si está en la vida real o si sigue soñando.

Las cosas te iban bien en la vida. Habías dejado las drogas, eras el batería de un grupo de rock y esta noche... ¡lo has tirado todo a la basura!

Mientras recoge sus cosas para huir repara en la foto que tiene  de su madre sobre la cómoda. Al verla llora desesperado y le grita:<<Mamá, continúa sin mí. Continúa como si nada de esto importara>>. La avalancha de pensamientos que le vienen a la cabeza lo ahogan. Ha vuelto a decepcionar a su madre.¿Qué pasará cuando se entere de lo que ha hecho? Es demasiado tarde, tiene que irse. Tiene que desaparecer.
¿Y el resto de sus amigos?, ¿qué pensaran? Quedarán horrorizados. Él no es un criminal, pero debe dejarlo todo atrás y enfrentarse a las consecuencias ya que el viento sigue soplando.

<<¡Mamá, no quiero morir!- vuelve a gritarle a la foto y tira el portaretratos contra el suelo-¡Desearía no haber nacido nunca!>>

Hugo se mira en el espejo y ya ni siquiera se reconoce a sí mismo. Unas luces verdes y rosas destellan como relámpagos en su reflejo, y de él comienzan a brotar montones de figuras esperpénticas. Ya no está en su habitación, un gran tribunal lo rodea:

<<Sólo soy un pobre chico al que nadie quiere>> espeta en su defensa mientras se encoje de hombros.

Los esperpentos hablan en desconocidas y embriagadoras lenguas: "Oh, sólo es un pobre chico de una pobre familia", repiten con sorna y se dividen en partidarios o contrarios al chico.
Las sombras y figuras se echan sobre él en un tira y afloja de brazos mareantes que disputan, como en el juego de la soga, qué parte será la vencedora. "¡Salven su vida de esta monstruosidad!" gritan los de un lado. "¡En el nombre de Alá! ¡No, no lo dejaremos ir!", responden los otros. Y entre el barullo, Hugo intenta hacerse oír << Me puedo ir tan fácil como he venido. ¡Dejádme ir!>>. En la cabeza del chico retumban una y otra vez las voces gritando "Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca te dejaremos ir".

Nunca serás libre, Hugo porque la muerte de Freddy pesará siempre en ti. Pobre Freddy, cómo no pudo darse cuenta de cuánto lo envidiabas. Por ser el cantante del grupo, por ser atractivo y que todas las chicas se colaran por él. Cómo pudo fijarse en ti, que desprecias a los que son como él. Todo se te fue de las manos cuando intentó besarte, en el bar, porque no se aguantaba más, porque creía que el alcohol lo borraría todo. Pero tú tienes otros métodos para tachar.

Los espectros se esfuman y aparece como un torbellino Freddy con paso decidido hacia Hugo. "¡¿Así que piensas que puedes quererme y dejarme morir?!" ladra poseído por la rabia mientras Hugo se arrastra dolorido por el suelo para escapar. "Oh cariño, no puedes hacerme esto" exclama Freddy cuando lo alcanza. Comienza a golpearlo y Hugo no pone resistencia. Se lo tiene merecido. Derrotado, pierde el conocimiento, y se deja ir.

Despierta sobresaltado en su habitación y traga saliva angustiado. Está dolorido y sudoroso. Ha matado a su amigo y ya nada importa.
Todo el mundo puede verlo.
Nada le importa realmente.
De todas formas, el viento sigue soplando.









1 comentario:

  1. Que buena historia Paula. Muy bien transmitida esa sensación de caos.
    Por cierto, la canción es Bohemian Rapody.

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