Inseguridades de la mediocridad

"Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrelladísimas" Frida Kahlo.

Dicen que los niños vienen al mundo con un pan debajo del brazo. Yo creo que algunos nacen con estrella. Dispuestos a brillar en todo lo que hagan, bien o mal, cegando a los demás; eclipsando al resto. Hay otros que en lugar de estrella tienen una bombilla. Sí, como las de los cómics que se encienden con una idea. Generan electricidad, son motores de sueños.

A mí al nacer se me debió caer la estrella, y la bombilla que me dieron es defectuosa, que al igual que se enciende, se apaga y siempre bajo la incertidumbre de si ese habrá sido su último destelleo.

Tengo miedo de no ser lo suficientemente buena en lo que realmente me gusta. Miedo a compartir sueños con otras personas; a tener las mismas metas en la vida y a quedarme en la marca de salida mientras veo a los demás salir corriendo.
Yo quiero correr, saltar las fosas de arena, los charcos y las vallas. Correr la maratón que me lleve al último escalón de mi vida, para luego sumirme en el pozo sin fondo del fracaso. Experimentar la subida y la bajada y tener la certeza de que me voy a volver a levantar. Todo eso sin ayuda, por méritos propios y con la verdad por delante. Veré como el resto avanzará por el camino, con sus estrellas o sus bombillas, pero eso no me debe importar.

Las inseguridades de la mediocridad se combaten con esfuerzo y constancia, pero sobre todo con humildad.