26 jun 2016

Reto 9: Describe tu hogar de ensueño como si estuvieras viviendo en el ahora

Mi casa es pequeñita, no podía permitirme otra cosa en la gran manzana. De hecho es un apartamento, una caja de cerillas. Pero mi caja de cerillas al fin y al cabo. No necesito más. 
Una de las cuatro paredes está forrada de libros. Un conjunto de estanterías blancas con casi mil libros que camuflan los desconchones de la pared, también blanca. 
El inmueble está completamente abierto, sin paredes. Una especie de loft con un pequeño cuarto de baño. Mi habitación se encuentra entre el cubículo del aseo y los dos grandes ventanales que se encargan de iluminar la estancia. Para acceder a ella hay que subir un par de escalones porque está un poco en relieve, separada del resto por unas barandillas de metal que también he pintado de blanco. La cama, de matrimonio, está justo debajo del ventanal, haciendo este de cabecero y una fina cortina aleja las miradas indiscretas.
En frente de la cama tengo un par de perchas de hierro negras que hacen de armario y un gran espejo dorado apoyado en el suelo, además de una cómoda vintage que hace las veces de tocador.
Toda la casa huele a barritas de incienso. Desde allí puedo ver toda la casa de tan solo un vistazo. El sofá rojo delante de las estanterías, sobre los cuadros de klimt; la pequeña cocina, casi de juguete, con la hornilla turquesa y el hervidor de agua siempre preparado. Las tazas de distintas clases colgando sobre el fregadero y los armaritos de madera, pintados también de turquesa junto al pequeño frigo. 
Debajo del otro ventanal, el que está enfrente del sofá, se encuentran dispuestas múltiples velas en el suelo formando una barrera. En esa ventana no hay cortina para evitar riesgos. 
Y no hay mucho más. Tengo a simple vista todo lo que podría necesitar. Un espacio donde poder relajarme, mi pequeño santuario. 

"No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita".

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